Habitualmente, nos preguntan cómo es que en momentos de crisis, se consiguen organizar foros de cierta magnitud y de presupuestos ambiciosos.
Francamente, nosotros no somos analistas ni estamos capacitados para dar respuestas rápidas, firmes y seguras. Sólo podemos contestar con la experiencia y con el aval de los que ya llevamos realizados y sustentamos en nuestras espaldas.
Existe una idea:
comunicar
En base a ella, todo lo demás se organiza y se construye. Es como hacer un árbol, en el que no puedes pretender que la copa llena de frutos nazca sólo con el deseo de ver ese árbol.
Creemos firmemente en que los propósitos, si son buenos, encuentran de una forma u otra el camino para salir hacia fuera.
“Cuando crees en algo y ese “algo” es sólido, se establece una línea que te permitirá ir encontrando las piezas necesarias para construirlo”
En los momentos actuales (y en casi todos los momentos) se trata, en realidad, de establecer un principio muy antiguo: la unión hace la fuerza.
PiElevate, por sí sola, no sería capaz de organizar nada. Siempre lo hemos dicho. Tal vez lo que haga que nuestras ideas se construyan es que encontramos y unimos a los diferentes actores y agentes que conforman un proyecto. Cuando alguien quiere, y otro tiene y el de más alla puede aportar y todos ellos creen, es muy difícil no conseguirlo.
Unir las necesidades del sector público con las del sector privado es una de las mejores combinaciones posibles para que ese mensaje que queremos transmitir llegue. Por encima de cualquiera otras consideraciones, que nos queden muy lejanas y que no pertenecen a nuestro campo, las “marcas” privadas quieren llegar al mismo sitio que las “marcas” públicas: a la gente.
¿Y qué es lo que quiere la gente?, según Tiebout, que su decisión de vivir en un determinado municipio puede revelar sus preferencias hacia los bienes públicos suministrados por él. Igual que las empresas tienen incentivos para averiguar qué tipos de productos prefiere la gente y para producirlos eficientemente, los municipios tienen incentivos para averiguar qué tipos de bienes suministrados localmente prefiere la gente y, suministrarlos eficientemente.
Una localidad que abogue por darle a sus ciudadanos lo que quiere, tendrá siempre mayor respuesta que aquellas que sólo (sin ánimo de entrar en lo complicado que es gestionar un bien público) se dediquen a administrarse.
Hay que crear, entre todos los entes posibles. Hay que dar al ciudadano, al individuo, conocimiento, alternativas, encuentros donde compartir experiencias y que éstas se conviertan en el esqueleto que vertebre la ilusión, la emoción. Dar herramientas para sostenerse, para aguantar, para empujar hacia un mismo fin: la supervivencia, el crecimiento, la creatividad.
Nosotros luego lo vestimos, le damos forma para que tenga un sentido, un vehículo capaz de arrancar todos esos sustantivos tan ambiciosos y, cuando vemos que se consigue, es cuando nos quedamos con la sensación de haberlo hecho bien.
Es difícil. Pero no imposible.